Gestión de bases de datos

Una base de datos es un programa que permite gestionar y organizar una serie de datos. ¿Y a qué se llaman datos? Pues datos son las listas de los libros que posee una biblioteca de los usuarios que tiene, una clínica, de sus pacientes y médicos, una empresa de sus productos, ventas y empleados, etc.

Las bases de datos no sólo nos sirven para almacenar dichos datos, sino también para poder obtener información de los mismos relacionándolos. Por ejemplo, permiten realizar consultas tales como: ¿quéartículo se ha vendido más este mes?, ¿qué clientes compran un determinado artículo? o ¿cuál es la ganancia total del mes?


Para ello es necesario disponer de un gestor de base de datos, que no es más que un programa que permite introducir, almacenar, ordenar y manipular datos, así como organizarlos de manera significativa para
que se puedan recuperar y trabajar con ellos.

En la terminología propia de las bases de datos hay tres conceptos claves: tabla, registro y campo. Un programa de base de datos almacena la información que se introduce en forma de tablas formadas por campos y registros. En otras palabras, cada tabla está formada por columnas que contienen los campos (nombre, dirección, teléfono, DNI...) y por filas, que son los registros.

Así pues se puede decir que:
• Campo: cada una de las partes en las que se desglosa la información.
• Registro: es el concepto básico en el almacenamiento de datos. El registro agrupa la información asociada a un elemento de un conjunto y está compuesto por campos.
• Tabla: conjunto de registros homogéneos con la misma estructura.

Si tomamos como ejemplo un listín telefónico, veremos que hay unos campos más importantes que otros: así el Nombre es fundamental para que el registro tenga sentido. Sería  absurdo que apareciera una dirección en el listín sin ir acompañada de un nombre.  Por este motivo se suelen denominar campos fundamentales a aquellos que definen al registro, y campos secundarios a los que lo complementan.

Tipos de base de datos: planas y relacionales 

Para hacer una base de datos que cumpla las funciones de listín telefónico se necesita una sola tabla, pero puede haber casos en los que se necesite más de una. Un hospital, por ejemplo, necesitará almacenar más datos además del nombre y dirección de sus pacientes. Tendrá que llevar, a parte de otras muchas cosas, constancia de las visitas que un paciente haga al hospital. Para hacer una base de datos como ésta se usarán necesariamente varias tablas que luego se relacionarán por un campo común en ambas. A esta forma de organizar la base de datos mediante distintas tablas relacionadas por campos comunes se le llama base de datos relacional. Cuando se utiliza solamente una tabla (como sería el caso del linstín) se habla de una base de datos plana.

Antes de diseñar una base datos hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Es importante conocer exactamente para qué se quiere usar la base de datos, qué datos son los que interesan de los que existen en la realidad y qué información se necesitará extraer.
2. Una vez que esto esté claro, se definen las Tablas que compondrán la base de datos. Dentro de cada tabla, se piensa qué campos serán necesarios. Conviene detenerse y definir correctamente la base de datos, ya que un mal diseño hará que el sistema sea lento y los resultados no sean los esperados. 

También conviene tener presente la posibilidad de crear bases de datos en red, que permiten ser consultadas al mismo tiempo por varios usuarios desde distintos sitios. En la base de datos de un hospital, muchas personas pueden necesitar acceder a los datos de un paciente al mismo tiempo: una enfermera en una planta para conocer la dosis a suministrar de los medicamentos; el médico para estudiar el caso de ese paciente; y desde administración necesitarán los datos sobre ese paciente para elaborar el coste de su hospitalización. Todos ellos necesitarán hacer consultas o introducir nuevos datos.
Esto sería imposible si la base de datos estuviera situada en un ordenador al que no se puede acceder más que sentándose delante. Si se pusieran en varios ordenadores con bases de datos iguales, al final del día y tras las operaciones que se hayan realizado, una base de datos ya no tendría nada que ver con otra y
cualquier consulta posterior a cualquiera de ellas sería del todo inviable.

El sistema de gestión de estas bases de datos con múltiples usuarios permiten asimismo limitar el acceso a la información, de forma que cada usuario sólo pueda acceder a los datos que son necesarios para el desempeño de su tarea, lo que redunda en la correcta aplicación de la Ley Orgánica de Protección de Datos.

Utilidad de una base de datos  

Las tres cosas básicas que debe permitir un gestor de base de datos son: introducir, almacenar y recuperar datos. Al mismo tiempo permiten otra serie de funciones que hacen de ellos herramientas incomparablemente superiores a los métodos tradicionales de almacenamiento de datos como archivadores, carpetas, etc.
Cualquier gestor debe permitir: ordenar los datos, realizar búsquedas, mostrar distintas vistas de los datos, realizar cálculos sobre ellos, resumirlos, generar informes a partir de ellos, importarlos y exportarlos.


El orden en una base de datos puede ser alfabético, numérico, de fecha o de hora; por cualquier campo, y de modo ascendente o descendente. Así, se puede ordenar indistintamente la tabla de “Visitas” por la fecha de la visita, por los nombres de los pacientes o por el número de código. También se puede especificar varios criterios al mismo tiempo: por ejemplo, por orden alfabético de nombre y, para los casos en que un nombre coincida, por fecha de visita.

En los antiguos sistemas de archivo de datos si se quería buscar un conjunto determinado de registros era necesario tener los datos ordenados previamente por un criterio determinado (por ejemplo, en los ficheros de biblioteca, por materia o autor). Luego visualmente y a mano, a menudo con gran trabajo y pérdida de tiempo, ir extrayendo los registros de uno en uno. Al terminar de usarlos se tenía que seguir el proceso contrario. En el caso de que se quisiera hacer una búsqueda por un criterio diferente al del orden del archivo (por editoriales en el ejemplo anterior) resultaba del todo imposible.

Cualquier programa de base de datos realiza búsquedas muy rápidas por cualquiera de los campos de la base, indistintamente del modo en que estén ordenados. Permiten hacer búsquedas con varios criterios distintos (de este autor y con fecha de publicación posterior a esta), búsquedas combinadas
(de tal autor o de tal otro), contrarias (que no sean de este autor), etc.
Deshacer la búsqueda es igual de rápido.

Entre los programas informáticos de gestión de datos más conocidos se cuentan Oracle, Fox, Access, FileMaker, 4D y Butler.

La organización del archivo

Una premisa básica a la hora de afrontar la tarea de archivo es que conviene ser muy metódicos y evitar que el trabajo se acumule sobre la mesa porque al distanciarnos en el tiempo del contenido de cada documento nos resultará más complicado clasificarlo y/o codificarlo.

Hecha esta premisa, pasemos a ver cómo se organiza un archivo:

La primera selección de documentos pasa por saber qué hemos de archivar (por su interés o necesidad para nuestro trabajo) y qué es prescindible y, en consecuencia, se puede tirar. 
Antes de tirar un documento, tal como apunta el experto Miguel Angel Fernández García,  nos debemos de hacer las siguientes preguntas:

  1.    ¿Requiere esto alguna acción por mi parte?
  2.    ¿Puedo encontrarlo en otro sitio?
  3.    ¿La información es suficientemente reciente para ser útil?
  4.    ¿Para que puedo utilizar esta información?
  5.    ¿Existen implicaciones legales o financieras?
  6.    ¿Qué es lo peor que me podría pasar si no tengo esta información?
  7.    ¿Necesita alguien esta información?

Respondiendo a cada una de estas cuestiones determinaremos la utilidad de todos esos documentos y también hallaremos ideas claves para su clasificación y archivado. No hay que olvidar que en toda organización las finalidades del archivo son:

    •    Ser el centro de la información y de la documentación.
    •    Proporcionar los mejores servicios al menor coste.
    •    Ser un instrumento que ayude a conocer el funcionamiento de otros servicios.
    •    Asegurar la conservación de los documentos.

Los fundamentos metodológicos de un archivo, según Fernández García, son aplicar criterios lógicos (Cómo me piden los documentos, cómo necesitamos la información), rigor y sencillez.  Así, para que el archivo sea eficaz los conceptos han de ser inequívocos, explícitos y objetivos.

La organización básica de un archivo precisa de tres elementos:
- Normas de archivo o manual de funcionamiento.
- Índice.
- Instalaciones.

El manual de archivo ha de incluir:
    1.    Introducción general.
    2.    Relación de tipos de documentos más corrientes.
    3.    Proceso de llegada del documento al archivo.
    4.    Normas y sistemas de clasificación.
    5.    Tipos y niveles de archivos.
    6.    Tipos y criterios para documentos.
    7.    Conservación de la documentación en cada nivel.
    8.    Normas para transferir al archivo semiactivo, inactivo o histórico.
    9.    Normas de eliminación y conservación.
    10.    Normas de retención o caducidad.
    11.    Normas de solicitud de documentación.
    12.    Normas para préstamos.
    13.    Medios materiales necesarios.
    14.    Medios personales necesarios.

El índice es el nombre de las carpetas de los archivos y permite conocer dónde tenemos nuestra documentación, evitar duplicados, efectuar transferencias y eliminación.

Tenemos diferentes clases de archivo: Centralizado, descentralizado y mixto.

Archivo centralizado

VENTAJAS:
-         Orden y control.
-         Asequible a todos.
-         Economiza duplicados.
-         Economiza espacio y equipo.
-         El procedimiento es uniforme.



INCONVENIENTES:
-         Es estático.
-         Requiere personal especializado.
-         Retrasa la información.
-         Riguroso en el préstamo.

Archivo descentralizado

VENTAJAS:
-         Mayor autonomía.
-         Ajuste permanente.
-         Rapidez de acceso.
-         No requiere personal especializado aunque debería de tenerlo.
-         Normas estrictas en cuanto al número de copias.
-         Normas para el control y seguimiento de documentos.

INCONVENIENTES:
-         Puede faltar información.
-         Falta de conocimiento del personal.
-         Incremento de las tareas.
-         Búsqueda y control de los documentos difícil.

Archivo mixto:

VENTAJAS:
-         Mayor elasticidad.
-         Pronta localización de documentos.

INCONVENIENTES:
-         Coordinación efectiva entre las dependencias.
-         El archivo central debe establecer normas.
El ciclo de vida de un archivo tiene las siguientes etapas:
-         Creación y clasificación.
-         Orden y conservación.
-         Transferencia.
-         Eliminación

Sistemas de clasificación

Reglas básicas de los sistemas de archivo. Los conceptos básicos del archivo son:
-  Título.
    •    Alfabético.
    •    Numérico.
    •    Alfanumérico.
- Unidad.
- Clasificar.
- Alfabetizar.
La forma en que se deben de clasificar los documentos depende del tipo de empresa y de la manera en que se soliciten los documentos. No se recomienda usar un único sistema de archivo, ya que cada archivo tiene sus necesidades.
La alfabetización de nombres de personas se realiza colocando primero los apellidos y después el nombre y los nombres de corporaciones, sociedades e instituciones como aparecen registrados.
Los sistemas de clasificación de archivos son los siguientes:
- Alfabéticos.
    • Nominal.
    • Geográfico.
    • Temático.
-  Numéricos.
    • Natural.
    • Cronológico.
    • Codificado.
    • Terminal.
- Alfanuméricos.

El sistema alfanumérico de clasificación es uno de los más antiguos, sencillos e indiscutibles. Tenemos cinco claves para el encabezamiento:

- Nombre de la empresa.
-  Nombre de quien firma la carta.
-  Nombre a quien está dirigida la carta.
-  Nombre del tema de la carta.
-  Nombre de la localidad geográfica.

Las ventajas del archivo alfabético son que es sencillo de ordenar y permite una fácil ampliación y sus inconvenientes son que el aumento de los expedientes complica la búsqueda y la creación de nuevos expedientes obliga a intercalarlos entre los existentes.
La organización física es muy importante en un archivo. Sus principales elementos son:
    1.    Guías primarias.
    2.    Guías secundarias.
    3.    Carpetas individuales.
Las guías primarias dividen el archivo en secciones alfabéticas y las guías secundarias se usan para subdividir una sección y destacar los nombres importantes.
El archivo alfabético por temas puede ser diccionario o enciclopédico.
El archivo geográfico es una colocación alfabética de acuerdo con la división geográfica y el nombre o tema.
En el archivo numérico los documentos se ordenan según un código.
Las ventajas del archivo numérico son que permite añadir carpetas, grandes ampliaciones, ampliar archivos, rápida identificación e indicar temas relacionados y un gran inconveniente es que necesita un índice auxiliar alfabético.
El archivo numérico consta de:
    1. Índice numérico.
    2. Índice auxiliar.
    3. Índice alfabético.
El índice numérico contiene guías primarias, secundarias y especiales y carpetas individuales.
Un archivo alfanumérico es un archivo con combinación de números y letras.

Mecánica del archivo

Los pasos que se necesitan para archivar son los siguientes:
    1. Inspección.
    2. Clasificación.
    3. Codificación.
    4. Prearchivo.
    5. Archivo.
En los archivos de papel se tiende a tener demasiadas categorías. En el ordenador se tiende a tener demasiado pocas: directorios y subdirectorios.

Los principales consejos para archivar con facilidad son los siguientes:
    1.    Archivar sobre la marcha.
    2.    Utilizar carpeta para el pendiente de archivar.
    3.    Usar separadores.
    4.    Colocar información reciente en la parte delantera de las carpetas.
    5.    Sujetar los papeles con grapas.
    6.    Unir las copias de las respuestas.
    7.    Alinear los bordes de los papeles que se archivan.
    8.    No recargar cajones.
    9.    Archivar la correspondencia por asuntos.
    10.    Consultar cada cuanto tiempo se debe vaciar archivo.
    11.    Archivar por apellidos la correspondencia de particulares.
    12.    Procurar que las carpetas no contengan muchas materias.
    13.    Apuntar con lápiz la fecha en que se puede eliminar material.
    14.    Doblar hacia fuera los impresos de gran tamaño.
    15.    Cuando se retiren documentos del archivo indicar quien lo tiene.
    16.    Destinar un sitio a cada cosa.
Todas las normas establecidas para los métodos manuales son aplicables a los procedimientos informáticos.

Control y seguimiento

Para que un archivo funcione, necesita de un responsable, a ser posible profesional de la materia y que se encargará de establecer:
    •    Normas para el funcionamiento del archivo.
    •    Normas para el control de los documentos.
    •    Normas para transferencia de documentos.
    •    Normas para eliminación de archivos.
Tendrán que consensuarse o hacérselas saber al equipo que normalmente utiliza el archivo, teniendo en cuenta sus necesidades.
El responsable tiene autoridad sobre los documentos que se guarden y autoridad para imponer que se sigan las normas.
Hay dos maneras de dar salida a los documentos: los que se prestan y los que se sacan para dar información. Todo documento debe llevar un control sobre las personas que lo tienen. Para llevar este control podemos disponer de:
    •    Archivo recordatorio.
    •    Archivo de asuntos pendientes.
Para llevar este control necesitamos los siguientes materiales:
    •    Formulario de registro de salida.
    •    Formulario de comprobante.
    •    Hojas de colores.
    •    Archivo recordatorio.
    •    Archivo de pendiente.
Cada archivo tiene un ciclo de vida. En las normas se tiene que establecer un período de transferencia. Se suelen hacer cada año pero dependerá del tipo de empresa y del tipo de documentos. Esto implicará decidir que archivos son Semiactivos o Inactivos y expurgar los archivos antes de transferir.

Las transferencias deben ser programadas y en un archivo semiactivo se tiene que expurgar. Se tiene que guardar un índice de los archivos transferidos. Los pasos para la transferencia son:
    1.    Preparar lista de carpetas transferidas.
    2.    Preparar cajas de transferencia.
    3.    Sacar un índice de lo que se transfiere.
El último paso en la vida de un documento es la eliminación o el paso al archivo histórico. Todos los documentos obsoletos se deben de eliminar.
El archivo de departamento está formado por documentos recientes, en plena vigencia jurídica y administrativa, de consulta continua.
El archivo central recibe los documentos tramitados en los departamentos. Tienen menor vigencia jurídica y administrativa y deben ser tratados por el archivero.
El archivo intermedio forma parte del archivo central y está formado por los documentos que tienen menos uso.
El archivo histórico recibe los documentos con más de 25 años y su misión principal es servir de fuente para la investigación histórica.



Introducción a la gestión de archivos

La gran afluencia de información que nos rodea hace necesario establecer un sistema efectivo que nos permita gestionar todos esos documentos que genera nuestra empresa y que son necesarios para el desarrollo de nuestro trabajo, ya sea por funcionalidad o por imperativo legal. El archivo de todos esos documentos sin un sistema de recuperación y análisis de los mismos es un trabajo baldío. De ahí la importancia de una buena gestión de los archivos que garantice que todos los documentos que contiene estén organizados de forma ordenada y sistemática, de manera que facilite su localización para su posterior uso o consulta.

El fin principal del archivo será, pues, la conservación de documentos bien ordenados y clasificados para garantizar la eficacia de una búsqueda rápida. Pero no menos importante es su función como base de datos que nos permite elaborar informes sobre el funcionamiento de la empresa al relacionar los datos que almacena.

Tipos de documentos y archivos


Todos los archivos almacenan tres tipos genéricos de documentos: los que revisten una utilidad para la gestión empresarial, los que han de conservarse por imperativo legal (básicamente los relacionados con la contabilidad y tesorería) y la documentación de carácter histórico (escrituras de la empresa, primeras facturas...).

Según la utilidad de esos documentos los archivos pueden ser activos (guardan los documentos de utilidad y consulta necesaria para el desarrollo de las actividades diarias), semiactivos (documentos que se consultan poco frecuentemente) o inactivos (de uso prácticamente nulo para el trabajo diario).

Esos archivos pueden organizarse de forma centralizada o descentralizada. Lo habitual en las grandes empresas es que cada departamento gestione su propio archivo para ejercer un mejor control acerca de los documentos que necesita.

Para su puesta en marcha y gestión será conveniente elaborar índices sencillos que permitan a los usuarios localizar fácilmente las materias y documentos almacenados, así como manuales de ayuda que faciliten dicha búsqueda.

Los sistemas de almacenaje de documentos son muy variados y van desde armarios con cierre de seguridad a estanterías, pasando por las conocidas carpetas A-Z o los carros móviles, entre otros muchos.

Sin embargo, en la era de la informática, la tendencia es digitalizar todos los documentos posibles con la finalidad de ahorrar espacio físico en la oficina. Las posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías hacen más efectiva la gestión de los archivos a través de programas que simplifican el trabajo y permiten la elaboración de bases de datos que aportan información útil sobre su contenido a través de informes.